martes, 5 de febrero de 2013

DESEO INCONFESABLE




Eres tan mía como yo tuyo, mi ser dentro de tu ser, a lomos de nuestros caballos llamados lujuria y deseo, saciando nuestra sed puesto que ningún manantial fue suficiente hasta que nuestras miradas se encontraron en aquel tugurio en Bangkok.

Tus pechos son como dos montañas que se divisan a lo lejos, firmes, majestuosos, perfectos, con sus pezones erectos deseando ser explorados leeentamente, tieeernamente, por algún intrépido escalador como si de un k-8000 fuese llegando a la cima más alta.

Tu hermoso cuerpo  está plagado  de curvas  que se enroscan las unas con las otras creando un dibujo perfecto haciendo perder, dulcemente, la vista a cualquier observador desde la prudente lejanía. Es como un mapa que has de seguir, es como el Amazonas, hermoso y salvaje hasta el final.

En las antípodas se hallan tus dos hermosas mesetas con su rio en el medio, placenteras para el descanso puntual del osado aventurero, como si de un descubridor de reliquias se tratase, deseando reponer fuerzas para continuar el recorrido que tu “agencia de viajes”  ha vendido. Ellas son fruto de deseo lascivo desde que el tiempo es tiempo,  desde tiempos inmemorables…y lo sabes, lo sabéis.

Te recorro con las yemas de los dedos, te recorro con la mirada sin tocarte, te recorro…y lo notas aunque no me veas….las miradas no mienten…., sabes lo que piensa ese hombre en aquella mesa del fondo en esa cafetería, lo sabes..con solo mirarle a los ojos….

 Al final del recorrido me encuentro con tu gruta, tu ser, caverna saqueada por innumerables moradores nocturnos en busca de alguna reliquia en forma de sexo casual y esporádico...fuente de vida, de pasión que ha visto la luz en innumerables lugares no confesables en público teniendo como cómplices las paredes y sabanas de aquellas camas en tiempos no muy lejanos….

Déjame explorar cada rincón de ti, de tu mapa… quiero empaparme de tus olores, de tu fragancia…. de ti….quiero no volver de donde vengo, quiero, con la luna y la noche de cómplices, perderme en ti  hasta el próximo amanecer.